Parece ser que esta filosofía comenzó en Austria en los años 20 con Alfred Alder y su discípulo Rudolph Dreikurs, que la denominó Educación Democrática. Posteriormente en los 80 Jane Nelsen fue quien la empezó a difundir en los años 80. Tengo pendiente leer su libro Cómo educar con firmeza y cariño.
La disciplina positiva es un modelo educativo para entender el comportamiento de los niños y la forma de abordar su actitud para guiarles en su camino siempre de forma positiva, afectiva, pero firme y respetuosa tanto para el niño como para el adulto.se basa en la comunicación, el amor, el entendimiento y la empatía para disfrutar de las relaciones familiares y da herramientas a los padres para entender el comportamiento de sus hijos (incluso cuando no es adecuado) y reconducirlo con respeto, sin luchas de poder y siempre positiva. He tomado esta información de la web Disciplina Positiva España.
Estos son, según Jane Nelsen, los cinco criterios a tener en cuenta para una disciplina positiva:
- Es amable y firme al mismo tiempo (respetuosa y motivadora)
- Ayuda a los niños a sentirse importantes (Conexión)
- Es eficaz a largo plazo
- Enseña valiosas habilidades para la vida (Respeto, habilidad para resolver problemas, participación, colaboración, responsabilidad…)
- Ayuda a que los niños desarrollen sus capacidades y sean conscientes de ellas
Podéis leer también una introducción muy buena a la disciplina positiva en el blog Educar para el Futuro.
Todavía tengo mucho que aprender sobre esta filosofía y sus técnicas, pero por ahora me ha gustado mucho lo que he ido viendo, por ejemplo:
- No gritar
- No castigar. Explicarles las cosas
- No premiar, motivar
- Empatía con el niño
- Escuchar activamente
- Los niños no quieren fastidiar
- No dejar de lado a un niño cuando tiene una rabieta
- No etiquetar a los niños
- No hacer las cosas por ellos. No intervenir
- No hacer de juez en las discusiones entre hermanos
- Dar ejemplo
- Establecer límites
- Actuar más y hablar menos
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